Después de haber leído la historia de Dos Monstruos donde la trama
trata de una discusión por saber si el día se va o la noche llega, un conflicto
en donde se analiza que ambos hablaban de lo mismo, cuantas veces discutimos y
somos tan aferrados que no podemos bajar la guardia y ver el otro lado que la
persona nos expone.
Es tan grande nuestro orgullo que llegamos a creernos mejores que
los demás, y que a veces nos cuesta mucho poder ceder a la opinión del otro
individuo, si yo levantara mi mano y frente a mi quedara la parte de las uñas y
del otro lado, a mi compañero le queda a la vista las líneas de la palma de mi
mano, y yo le preguntara, ¿qué es lo que el mira en mi mano? por lógica me respondería
que ve cinco dedos, líneas, huellas, y si el me preguntara que es lo que yo veo
le respondería que veo uñas, mugre, bellos en mi piel y claro también cinco
dedos, entraríamos en un conflicto por querer tener la razón y por decir que no
es posible que uno ve ciertas partes, si es la misma mano que ambos estamos
viendo.
La solución aquí seria que yo volteara mi mano y que ambos pudiéramos
ver y analizar el por qué teníamos diferentes respuestas.
Así de fácil sería la vida si nos permitiéramos poder manejar este
tipo de situaciones y no querer siempre tener la razón, aceptar las opiniones
de los demás y saber tratar con personas difíciles, porque muchas de las veces
esto se vuelve un gran conflicto como la historia de los dos monstruos.
Pero somos humanos y nos gusta lo complicado, nos encanta querer
tener la razón y más querer demostrar que no nos equivocamos, es bueno también
aprender a ceder la razón y aceptar cuando estamos en el error y sobre todo saber
pedir perdón, por que muchas veces nos enojamos y llegamos a lastimar a las
demás personas con nuestras palabras, esto es porque nos dejamos llevar por el impulso y no medimos
las consecuencias del mal que podemos ocasionar en ellas y las reacciones que
estas puedan traer.
De nuestros errores y de los ajenos también se aprende, es muy importante
siempre poner en práctica nuestros valores, y sobre todo tener una visión y
mente clara para cada conflicto que la vida nos vaya poniendo y poder actuar con
sabiduría e inteligencia y así ahorrarnos cualquier desgaste físico o
emocional.
De mi parte esto es lo que la lectura me deja como reflexión,
tengo claro que debo seguir trabajando con mis emociones y saber controlarme
con cada situación que se llegue a presentar y no olvidar que cada persona es
diferente y debo saber tratar con cada una de ellas, ya que en futuro cuando
ejerza mi carrera estaré trabajando con miles de seres humanos distintos a mi.